0167 - Los frutos de la tierra Elegiste, Señor, para quedarte frutos simples surgidos de la tierra, pan y vino sembrados por el hombre y que puedan estar en cualquier mesa. ¡Que sepamos, Señor, ser tu pan bueno nacido de la espiga verdadera! Hoy trayendo espigas y racimos nos llegamos, Señor, hasta tu mesa para unir a la ofrenda de tu Hijo el goza y le dolor de tu cosecha. ¡Que sepamos, Señor, ser tu pan bueno nacido de la espiga verdadera! |